Juan del Viento
Cuenta la leyenda que entre las calles Pellegrini al 1000 hasta el 1700, Irigoyen a la misma altura, Corrientes y Belgrano al 500 había un curioso personaje llamado Juan del Viento. Dicen los que lo han visto, muy pocos ellos, que era un hombre alto y distinguido, de una larga y cana barba, vestido con unas túnicas color blanco, aunque otros dicen que son unas meras sábanas 50% algodón y 50% poliéster, y que tiene un andar suave y sigiloso a veces y otras violento y zigzagueante al mismo tiempo que va soplando y gritando uhhh uhhh.
Comentan por ahí que una vez el Doctor Menaldi se lo cruzó y le pregunto quién era y le respondió: “soy Juan del Viento, hijo de Eolo Dios del mismo, soy su representante en este barrio, y ruego a mi padre todos los días que me absuelva de esta tarea y pueda volver a su lado”, el doctor lo miró y vio con asombro como le sopló en la cara dio media vuelta y se tomó el buque.
Este personaje andaba deambulando, creyéndose ser el viento y actuando como tal, tirándole los sombreros a los hombres grandes, levantando las faldas de las señoritas, aunque aquí más de una bofetada se ligó, aparecía corriendo desde atrás y les daba vuelta los paraguas a las viejas los días lluviosos, pateaba montones de hojas barridas de las veredas, se robaba alguna carpeta con papeles y desparramaba las hojas por todo el vecindario, y hasta pasaba corriendo golpeando postigos.
Dicen las viejas del barrio que Juan terminó en un manicomio y que de un día para el otro desapareció. Algunos afirman haberlo visto convertirse en una brisa liberadora cumpliéndose así la súplica realizada a su padre Eolo y desaparecer por la ventana, claro que esta versión es muy subjetiva ya que quienes la cuentan son sus compañeros de habitación. En cambio hay otra versión que dice que simplemente vio una verja abierta y se rajó.
Tomando en cuenta la última teoría tanto el Turco Nagel como el Rayo Palacios juran y perjuran haberlo visto sin la barba, con pantalón y zapatos negros, camisa blanca y moño sirviendo café en un bar del centro, pero eso nunca se pudo comprobar.
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